El sistema es un programa de educación musical presente en Venezuela (y en algunos estados de los Estados Unidos) que ofrece a niños pobres la posibilidad de volverse músicos profesionales. El programa empezó en 1975, despés de que el economista y músico José Abreu dió una clase de música en un garage a 11 niños pobres de Venezuela. Abreu rápidamente se dió cuenta que las clases de música mantenían a muchos alumnos fuera de la violencia y de las drogas de los vecindarios pobres.
Despúes de notar el impacto positvo que las clases estaban teniendo en los niños, Abreu deció expandir el programa y abrir una escuela, para tratar de impactar la mayor cantidad de niños que pudiera. La escuela ahora enseña a 300,00 niños de Venezuela. Los niños aprenden a tocar instrumentos, como el violín, la flauta, la trompeta, y se vuelven parte de una orquesta. El programa está siendo financiado principalmente por el gobierno de Venezuela. La educación que ofrece es gratis y las escuelas se encuentran sobretodo en los vecindarios más pobres, para hacerla más accesible a esas familias.
El sistema ha sido exitoso en muchos sentidos. Antes que nada, el programa ha ofrecido una alternativa educativa para los niños que muchas veces les falta una buena educación y buenas oportunidades. Al ofrecerles buena educación musical, el programa les da la oportunidad de volverse buenos en algo a lo que no tenían acceso antes. Esto es porque muchos niños pertenecen a familias de bajo ingreso que no pueden tener altos gastos educativos. La oportunidad de tener educación musical gratis ha mantenido a muchos niños fuera de las calles, donde son muy suceptibles de ser afectados por el crimen o de involucrarse en drogas. El programa también ofrece la posibilidad de acabar con el ciclo de la pobreza, ya que motiva a los alumnos a obtener mejor educación y ampliar sus posibilidades (ver un artículo aquí sobre las ventajas de la educación musical).
Además, un impacto que considero muy importante del programa es que ha “democratizado” el acceso a la música clásica. Música clásica es muy a menudo percibida como el género musical que sólo las élites intelectuales (muchas veces también elites económicas) pueden entender y apreciar. Ahora, la música clásica se vuelve parte de la cultura popular de los niños de Venezuela. Por lo tanto, antes de El Sistema, música clásica era un aspecto “exclusivo” de la cultura venezolana. Esto no es debido a que los niños tenían escaso interés en la música clásica, sino más bien a que no tenían la oportunidad o la manera de acceder a ella. Con esto, el programa desafía la estructura social en la cual la música clásica es algo que sólo la gente educada y la elite cultural pueden acceder. Ahora, los niños que son parte de El Sistema entienden y hablan sobre Mozart y Tchaikovsky, pueden comparar a Schubert con Bach. Creo que el hecho de hacer de la música clásica algo “inclusivo”, algo al que toda la sociedad de Venezuela tiene acceso es uno de los mayores triunfos del programa.
Finalmente, el programa le da la oportunidad a los niños de crear un sentimiento de pertenencia a una comunidad. No sólo están aprendiendo música, también están aprendiendo a interactuar y a volverse parte de una comunidad fuerte con un mismo objectivo: tocar la música que aman. La escuela no es solamente un proyecto para crear a los mejores y más competitivos músicos. Su objetivo es también crear un comunidad amigable donde exista la solidaridad. Cuando se es parte de una orquesta, o de cualquier banda musical, se tiene que estar en un dialogo constante con los otros miembros del grupo, atento a lo que tocan, asistir a todos los resitales e interactuar constantemente con los compañeros. En frente de un auditorio, se tiene que estar en armonía y en sintonía con el resto de los músicos. Creo que esto crea un sentimiento de seguridad y de tranquilidad.
Los niños ahora pasan el tiempo haciendo algo que les gusta, usan su tiempo de manera significativa y provechosa. Es por eso que Abreu puede decir que “la música llena sus almas”. El programa ha demostrado el poder que la música de cámara tiene para cambiar dramaticamente la juventud de un país. El programa logra simultáneamente hacer de la música un arte inclusivo, construir un sentimiento de comunidad muy fuerte, y prevenir el uso de la droga y la violencia en las partes pobres de la sociedad venezolana.
Este programa es un gran ejemplo de que existen métodos creativos par resolver problemas sociales. El programa demuestra que el cambio social es sobretodo sobre crear oportunidades y esperanza. Los niños no tenían acceso a la música. Al darles la oportunidad, se han comprometido seriamente a una causa, a un proyecto. Tal vez es por este lazo emocional que las orquestas de la escuela (particularmente la orquesta Simón Bólivar) de El Sistema han obtenido el reconocimiento internacional. La escuela ha ganado premios internacionales, como el premio del Príncipe de Austria o el premio de TED). Ahora existe un documental sobre el tema, ver aquí.
Julia Naime es Asistente a la Investigación y Programas del SISGI Group. Es estudiante de Economía en New York University. Durante su estancía en el SISGI Group, investigará sobre Desarollo rural, Problemas ambientales y Economía internacional