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Uno de los temas que me ha interesado cada vez más ha sido la inaccesibilidad del agua y la privatización del agua. El último par de semanas, he estado siguiendo el Consejo Mundial del Agua y el Foro Mundial del Agua, los cuales se establecieron con el fin de abordar algunas de estas cuestiones. En general, he encontrado que el diálogo de estos problemas es muy importante. Sin embargo, como he mencionado antes, parece que las palabras sobran y no hay suficiente acción. En mi blog anterior, mencione que una de las iniciativas estructurales que gobiernos necesitan implementar son instituciones que supervisen directamente a los departamentos de saneamiento en sus regiones locales. Enfatizo el rol de los gobiernos locales debido a los diversos problemas que se extienden con la escasez y la falta de acceso al agua; cada cuestión distinta perteneciente a cada rincón distinto del mundo. Pero ahora quiero ir más allá de mi simple énfasis en las instituciones y los gobiernos locales.
En primer lugar, creo que las instituciones sirven como un sistema de gestión adecuado donde las leyes pueden ser supervisadas y ejecutadas, dado el ambiente político adecuado. Sin embargo, no creo que esto signifique la privatización del agua en todo el mundo. La primera vez que había llegado a conocer este concepto de privatizar un bien público (transformado el agua en una comodidad) fue hace unos pocos años atrás. Cuando uso el término público, es para demostrar que el agua puede ser un bien no rival y no excluible cuando es proporcionado por los gobiernos, como el aire limpio y la defensa nacional. Pero esto es precisamente el problema: los gobiernos no están proviniendo esta “comodidad” indispensable al público. Debido a la ineficiencia de los gobierno en el sector público del agua que ha afectado gravemente a tantas personas, algunos gobiernos han decidido privatizar el agua, haciendo que el agua sea un bien privado: un bien que puede ser excluible y competitivo. Esto significa que las personas podrían ejercer sus derechos de propiedad privada, excluyendo sus beneficios a personas que no puedan pagan por el bien. También se debe enfatizar que los bienes privados existen con el propósito de obtener ganancias.
Ganancias vs Humanidad
¿Es demasiado drástico decir que la gente necesita agua para sobrevivir? ¿Es demasiado drástico decir que las personas deben recibir agua potable de los gobiernos que están obligados a obedecer? Para algunos, es sorprendente que podría ser que sí. La privatización del agua, sin embargo, transforma esta obligación gubernamental de proveer a los ciudadanos con agua potable en un producto conducido por el mercado libre. No digo que el mercado libre no es un concepto maravilloso que funciona. Pero, ¿funciona para el agua?
Bolivia y Perú son dos casos estudiados para la respuesta de esta pregunta. En 1997 y 1999, dos regiones de Bolivia se sometieron a la privatización del abastecimiento de agua y saneamiento: La Paz / El Alto y Cochabamba. La privatización del agua fue estimulada por el Banco Mundial y el Banco de Desarrollo International como requisito para que el gobierno de Bolivia pueda mantener sus préstamos. Esto también se puede ver en la “Rehabilitación de Lima y Gestión de Proyectos” de Perú, que fue aprobado por el Banco Mundial. Este fue un préstamo de 150 millones de dólares dado a fin de modernizar la empresa SEDAPAL (Servicio de Agua Potable y Alcantarillado), el suministro de agua y saneamiento de Lima y Callao. Los resultados de estas privatizaciones de agua, sin embargo, no han demostrado ser eficaces ni tampoco han reducido los problemas del agua en el mundo. Las tarifas del agua aumentaron con un 200-300 por ciento en Cochabamba después de la privatización del agua de SEMAPA, el sistema de agua de Cochabamba, perjudicando aún más a un pueblo boliviano pobre. Del mismo modo en el Perú, de 1980 a 1996, el agua residencial aumentó de US $ 0,17 por metro cúbico a 0,41 dólares por metro cúbico, que es más del doble! Estas tarifas también tienen que ser comparado con la cantidad de dinero que los ciudadanos ganan en promedio, que es menos de 2 dólares al día para más de 40% de la población en el Perú.
Desde la perspectiva de las compañías privadas de agua, la privatización del agua es bienvenida por las ganancias que extracta. Pero al mirar a las personas que permanecen en la pobreza y son incapaces de sostenerse a sí mismos debido a la falta del agua potable, la privatización del agua no ha demostrado ser una solución sostenible para el problema del agua de nuestro mundo. Poniendo en pesa las dos opciones, nos encontramos con una lucha entre las ganancias y el derecho al agua. El resultado que gane depende de la situación política de cada país y su agenda. Las instituciones que se establezcan seguirán el resultado entre estas dos opciones. ¿Cómo pueden ustedes como individual promover lo que ustedes piensan es lo correcto y lo que debe ser el resultado final?